domingo, junio 04, 2006

El ratón que quería ser gato

Adaptación de un cuento popular de la India

Como todos saben, no existe ratón en este mundo que no tema a los gatos. Pero hubo un ratón que les tuvo más miedo que el resto, y a cualquiera, fuera bonito, feo, chiquito, grande, peludo o pelado.
Pum Pum se llamaba aquel ratón. O, mejor dicho, así lo llamaban sus amigos, pues bastaba que se acercara un felino para que se pusiera a temblar como una hoja y el corazón le latiera tan fuerte y tan rápido que desde lejos podía oírse: “¡pum pum, pum pum!”.
- ¡Ay! – se lamentaba. ¡¿Por qué tuve la mala suerte de nacer ratón?!
Harto de sufrir temblores y taquicardia, un día fue a ver a un poderoso mago, a quien le suplicó que lo transformara en gato. Con unos pases de varita por aquí y por allá, el mago lo convirtió en un gran gato pelirrojo que se fue a pasear muy orondo y muy tranquilo, pues ya no tenía temblores, ni el corazón le latía “’pum pum, pum pum!, como cuando era ratón.
- ¿Mejor que nadie se meta conmigo! – provocaba a cuanto animal se le atravesara en el camino.
Hasta que quiso la mala suerte que se cruzara con un bulldog que primero lo miró mal, luego frunció el hocico y, por último le mostró, entre gruñidos rabiosos, una hilera de blancos y afilados dientes.
En un santiamén, Pum Pum trepó a lo alto de un árbol donde se aferró a una rama, temblando y con el corazón a punto de estallar.
- No, esto no es lo mío – pensó, y fue otra vez a ver al mago.
- ¿Y ahora qué quieres? – preguntó este.
- ¡Oh, hechicero, he cometido un lamentable error! ¡No era gato lo que quería ser, sino perro! – exclamó.
El mago hizo unos pases de varita por aquí y por allá, y Pum Pum quedó convertido en un enorme y feroz mastín de musculoso cuerpo.
- ¡Aaah, esto sí que es vida! – exclamó gozoso, al ver el temor y el respeto que todos los animales demostraban ante su majestuoso paso.
Hasta que se topó con un tigre, que con poco respeto y nada de temor, primero lo miró mal, luego frunció el hocico y, por último le mostró una hilera de blancos y afiladísimos dientes.
Pum Pum no dejó de correr hasta que llegó a la casa del mago, tembloroso y con el corazón latiéndole “¡pum pum, pum pum!”.
- ¡Oh, hechicero, he cometido otro lamentable error! ¡Ahora me doy cuenta que no era perro lo que quería ser, sino tigre!
- Y el mago, ya bastante fastidiado, lo convirtió de inmediato en un joven y feroz tigre.
- - ¡Arrrf, arrrf! – iba rugiendo Pum Pum, muy contento, al ver el temor y respeto que el resto de los animales demostraba a su paso.
Hasta que se topó con un elefante que, sin ningún respeto y ni una pizca de temor, primero lo miró mal y luego comenzó a perseguirlo para aplastarlo.
Nuevamente fue corriendo Pum Pum a la casa del mago, tembloroso y con el corazón haciendo “¡pum pum, pum pum!”.
- ¡Oh, hechicero, he cometido otro lamentable error! ¡Me doy cuenta ahora de que no es tigre lo que debo ser, sino elefante! – imploró -. ¡O mejor, un dinosaurio! ¡O cualquier animal que sea lo suficientemente fuerte y grande para no sentir miedo por nada!
Sin responder, el mago hizo unos cuantos pases de varita por aquí y por allá y, cuando terminó, Pum pum había vuelto a ser un ratón.
- ¡Pero… ¡¿qué ha hecho?! – exclamó sorprendido.
- Corregí un error – respondió el mago -, pues esto es lo que siempre serás, hasta que entiendas que no es en el tamaño ni en la fuerza donde encontrarás el valor que te falta, mientras sigas teniendo el corazón más pequeño que un ratón.
Desilusionado y tembloroso, Pum pum emprendió el regreso a su ratonera con el corazón latiéndole bien rápido y bien fuerte, “pum pum, pum pum!”, mientras pensaba en el significado de las palabras del hechicero.
- ¿Qué me habrá querido decir? – sin preguntaba sin cesar.
Tan concentrado iba, que no vio a un gato que lo acechaba hasta que lo tuvo frente a frente. Pum Pum pensó unos instantes y decidió que estaba demasiado cansado para huir, de modo que, muy resuelto, se quedó ahí bien plantado, mirándolo directamente a los ojos.
El gato, que estaba acostumbrado a ratones que huían y chillaban de miedo, se mostró confundido ante la actitud de su pequeño contrincante.
- Mmm… - pensó preocupado -. Debe ser más peligroso que lo que parece – y huyó con la cola entre las patas.
- Pum Pum siguió su camino. Ese día dejó de temblar de miedo y su corazón dejó de hacer “¡pum pum, pum pum!” en el preciso momento en que entendió que había querido decirle el mago.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Olá, Caro!!!!

Aqui estou eu para conhecer o teu blog...

Bonito conto este do rato, já Púbio Siro dizia: "Quem tem coragem para enfrentar os perigos, vence-os antes que eles o ameacem!"...

Muitos parabéns pelo blog, virei aqui mais vezes!!!

Beijinhos,
Silvia G.

Desde el mas aca dijo...

La verdad caro me encato el cuento, y es muy cierto, besos y abrazos niña!!!

Caro dijo...

Silvia: Holaaaaaa Qué linda sorpresa que hayas estado de visita en mi blog, y que bueno que te haya gustado. Espero encontrarte nuevamente por aquí. Besos.

Caro dijo...

Desde el mas aca: que bueno que te haya gustado el cuento y creo que también mi página, gracias por tu presencia siempre tan fiel. Besos.

Anónimo dijo...

La verdad me gusta tu blog. Las veces que entre me encontre con cuentos muy lindos.
Besos

Caro dijo...

Fran: Gracias! y que bueno que te guste. Besos.

Anónimo dijo...

Your website has a useful information for beginners like me.
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Caro dijo...

usuario anonimo: Hey! That´s right. I´m quite a beginner too. jajjajaja Thanks for your comments.

Caro dijo...

Thakns for you visit usuario anonimo! But what misterious are you!!

Unknown dijo...

Gracias por compartir hermosa lectua me alegra el alma, que jahova les de paz.